En mi misma mismidad, pláceme más el papel de la astuta Doña Ines, que se deja seducir por pura comodidad en un convento de monjas que en ganas de salir del claustro ya no sabe que inventar.
!Ay! Cuanto Zorrilla anda suelto... y que bien se les ve la pluma, sin tinta con que escribir, de pura virilidad en su fatua levedad..Hoy ya no escalan palacios, si alguna vez escalaron, se pierden por internet..En busca de presa fácil, en busca de soledades del alma necesitada.
Hoy tanto monta Doña Ines que monta tanto Don Juan; la falsedad es la misma, insustancial personaje, se vista con el ropaje de Doña Ines o Don Juan.
